3468517675_b075d7f155_oEl que piense que para ser abogado es suficiente con estudiar una miaja los cinco (ahora cuatro con el grado) años que dura la carrera y luego a vivir… está muy equivocado.

En esta profesión actualizarse y adaptarse a los nuevos retos profesionales supone muchas horas de sacrificio, de estudio  de los nuevos textos legales y, además, de inversión económica en libros, cursos, seminarios, etc…

Las exigencias no solo vienen de los múltiples cambios normativos, sobre todo esta última legislatura, que han sufrido las dos grandes áreas tradicionales de conocimiento jurídico, el derecho adjetivo y el derecho positivo, sino también de la necesidad (qué se le va a hacer) de conocer las nuevas áreas de aplicación, como son el derecho de las nuevas tecnologías, la normativa sobre blanqueo de capitales, la responsabilidad penal de las personas jurídicas, la protección de datos de carácter personal…

En los últimos tiempos, por ejemplo, a los que en mayor o menor grado nos dedicamos al derecho litigioso nos trae por el camino de la amargura el nuevo sistema de comunicaciones electrónicas con la Administración de Justicia a través de sistema LexNet, que da una de problemas que no tiene fin…

Además de todo eso, el abogado debe  atender puntualmente los asuntos que se le encomiendan, y con buena cara, que ya que tenemos clientes no nos vamos a quejar. Hay momentos en los que uno se cree un  superhéroe pero, aunque lo intentamos, llega un punto en el que es imposible responder a todas las exigencias de la nueva Justicia.

Y es que en otras Comunidades Autónomas no lo sé, porque en Baleares todavía somos “territorio Ministerio”, pero aquí hemos llegado a un extremo en el que los Juzgados pasan de LexNet y te piden directamente que te comuniques con ellos mentalmente:

telepatía

Yo he estado intentándolo toda la tarde, mirando fijamente la pantalla del ordenador, sin dejar de pensar en el Juzgado de marras, y lo único que he conseguido es… quedarme dormido. Me veo contratando a Rappel, a Carlos Jesús o a Aramis Fuster para presentar un simple escrito en el Juzgado. Mientras tanto, seguiré probando: “un limón y medio limón llamando al Juzgado y medio limón…”

Por razones obvias, que no hace falta explicar más, he suprimido los datos del Juzgado, pero les aseguro que la diligencia es real. Me encantan estos «lapsus calami» que me permiten escaparme de la rutina diaria….

Dedicado a los que, como yo, este año se convierten en cincuentones de buen ver. Cuánto ha llovido desde aquel maravilloso año de 1966…